La palabra „simulacro“ es en sí misma un término bastante antiguo del ámbito de la filosofía y las religiones, que representa una imagen o una conexión relacionada entre personas o cosas. En este contexto, „simulacro“ suele referirse a una copia o representación similar cuyo efecto apenas puede distinguirse de la realidad. La imitación extremadamente exacta crea entonces una realidad propia, que se percibe como lo real. Por tanto, el término plantea cuestiones sobre cómo entendemos la realidad y cómo influyen las imágenes, símbolos o representaciones en nuestras percepciones. Al mismo tiempo, trata de cómo las cosas pueden representarse de tal manera que pueden crear su propia „realidad“, que existe independientemente de la realidad original.
El concepto de „simulacro“ es en sí mismo bastante polifacético y no demasiado fácil de entender, por lo que el artículo que sigue debería ofrecer una buena visión general de la definición, el origen de la palabra, su significado y el uso del término „simulacro“.
Definición de la palabra „simulacro“
La palabra „simulacro“ tiene su origen en la lengua latina y también se escribe como sinónimo de „simulacro“. Se refiere a un sujeto u objeto existente o imaginado que es muy similar o al menos está relacionado con otro sujeto u objeto. El término deriva de la palabra latina „simulo“ (traducido: „semejanza“ o „imagen especular). Mientras que „simul“ (traducido: „igual) se refiere a la igualdad, „acrum“ (translated: „objeto“ o „construcción) describe un sujeto u objeto muy similar al original.
El término „simulacro“ puede tener connotaciones tanto positivas como negativas. Sin embargo, a menudo se equipara con la apariencia engañosa de originalidad, que en realidad no representa. Sin embargo, „simulacro“ también se considera un concepto de fantasía productiva, en la que se pueden crear cosas o seres artificiales en las llamadas „simulaciones“. Según la opinión de muchos científicos, el concepto de „simulacro“ se considera una herramienta crucial de nuestra civilización para aprovechar el conocimiento y la diversidad de la naturaleza y la evolución.
Origen y significado de „Simulacro“
El concepto de „Simulacro“ se remonta a la antigüedad. Su origen se remonta a consideraciones filosóficas. El término fue acuñado más tarde por Jean Baudrillard, quien desarrolló aún más el „simulacro“ como la sutil transformación de la realidad en representación simbólica y el consiguiente cambio en nuestra percepción. En el contexto actual, un „simulacro“ representa simplemente una imagen, imitación o inspiración de una persona u objeto.
Uso del término „simulacro“
El término „simulacro“ se utiliza hoy en diversos contextos. No obstante, se trata de un término de alto nivel bastante raro, de naturaleza ligeramente arcaica y que tiende a utilizarse menos en el lenguaje cotidiano hablado. Entre los ámbitos más significativos en los que se utiliza „simulacro“ se encuentran los siguientes:
- contexto religioso
- arte y cultura
- filosofía
Las siguientes subsecciones pretenden dar al lector una idea de hasta qué punto y por qué se utiliza el término „simulacro“ en los contextos mencionados.
Contexto religioso
En el contexto religioso, „simulacro“ se utiliza a menudo como sinónimo de „imágenes sagradas“, „ídolos“ o „espejismos“. Aquí cobra relevancia la idea de iconos o rituales como representaciones simbólicas que pretenden conectar con el mundo espiritual, aunque sólo sean representaciones materiales. Por tanto, un „simulacro“ se considera negativo y en algunas religiones incluso está prohibido, o más bien están proscritos. Aunque el término „simulacro“ se utiliza aquí más bien como sinónimo y, por tanto, más raramente, como por ejemplo „ídolos“.
Arte y cultura
En el ámbito del arte y la cultura, „simulacro“ se refiere principalmente a obras de arte, en forma de bustos, pinturas o formas plásticas muy cercanas a la realidad. Aquí, por tanto, „simulacro“ representa de nuevo un término positivo. Porque las obras de arte pueden servir como simulacros creativos que transmiten significados y emociones abstrayéndose de la realidad. Al fin y al cabo, en el arte y la cultura en particular, este proceso es deseado y apreciado en consecuencia.
Filosofía
En un contexto filosófico, el término „simulacro“ se refiere principalmente a la obra de Baudrillard, que ve en el „simulacro“ un desplazamiento cada vez mayor de una realidad auténtica a un mundo en el que las simulaciones se imponen. Hoy en día, los medios de comunicación, la publicidad y las tecnologías modernas en particular se consideran creadores de realidades simuladas que influyen en la percepción (a menudo negativamente) y crean un nuevo nivel de „hiperrealidad“.
Clasificación social del „simulacro“
Socialmente, el término „Simulacro“ puede asignarse más bien a (y es entendido sobre todo por) la burguesía culta. „Simulacro“ representa aquí un término sinónimo en un campo bastante especial (religión, arte y cultura, así como filosofía), con el que sólo unas pocas personas entran realmente en contacto profundo. Por lo tanto, „Simulacro“ tampoco es comprendido por la mayoría de la gente. Si acaso, el término sólo lo conocen las personas mayores que lo han recogido por casualidad en algún momento de su vida.
Críticas a „Simulacro“
Los críticos ven en „Simulacro“ sobre todo un concepto anticuado, o más bien una visión pesimista de la sociedad. Supuestamente, la realidad sería sustituida cada vez más por simulaciones artificiales, lo que desacredita la actuación del creador. Baudrillard también plantea esta crítica, pues teme que el „simulacro“ descuide la complejidad de la experiencia humana y degrade el poder de la percepción individual. Además, se critica el „simulacro“ por ser muy superficial y no comprometerse con la profundidad de las interacciones y los significados humanos. Además del „simulacro“, hay que fomentar y valorar más la originalidad, dicen.
Conclusión sobre el „simulacro“ y la denominación de términos similares
La conclusión es que „simulacro“ es una representación de la realidad en términos de sujetos u objetos. Sin embargo, éstos se aproximan tanto a la realidad que no se distinguen del original. Los críticos acusan al „simulacro“ de baja calidad y de falta de ingenio. En religión, por tanto, „simulacro“ tiende a considerarse algo negativo; en arte y cultura, así como en filosofía, las opiniones suelen ser más neutras, o más bien positivas. En sí mismo, sin embargo, el término es bastante menos familiar para la mayoría de la gente.
Términos similares son, por ejemplo, „hiperrealidad“ y „simulación“. Mientras que „hiperrealidad“ describe una realidad que supera la realidad y es, por tanto, pura ficción, „simulación“ es sólo una imagen de la realidad original. Encontramos la „hiperrealidad“ en los juegos de ordenador, por ejemplo, así como en las abstracciones científicas. La „simulación“, en cambio, en los simuladores de vuelo.